Aquí estamos todos reunidos para compartir deliciosos instantes de Sabiduría y Amor. Han visto ustedes en escena una danza muy preciosa de hermosos niños, compatriotas Mexicanos; ahora voy a explicarles algunos aspectos muy importantes de nuestra Antropología Gnóstica.
Todas estas danzas antiguas, como ya les he venido diciendo, contienen en sí mismas, mensajes esotéricos-crísticos profundos; todas estas danzas están llenas de honda significación, vale la pena escuchar todas estas armonías, vale la pena observar estas exóticas danzas...
Nuestro país, México, está lleno de profundas tradiciones esotéricas. Recordemos por un instante a los Seres Divinos a quienes se les rindió culto en el antiguo México; recordemos por un instante a Tlaloc, el Dios de las Aguas.
A muchos les parecerá como algo fantástico que en pleno siglo XX hablemos del «Paraíso de Tlaloc»; sucede que los «supercivilizados» de esta época se han olvidado plenamente de a Sabiduría Elemental de la Naturaleza.
Tlaloc es ciertamente un «Deva» del elemento agua, es una potencia Cósmica del Universo, tiene existencia real. Indubitablemente, esta clase de Deidades Cósmicas viven normalmente en la región de las Causas Naturales, región a la cual los científicos del átomo y de la molécula no tienen acceso.
Sin embargo, los Profetas de Anahuac, en estado de éxtasis, podían penetrar en tal región y platicar cara a cara con Tlaloc. En nombre de la verdad diremos que forma enfática, que el «Paraíso de Tlaloc» existe.
Bien sabemos nosotros que hay cuatro regiones fundamentales:
A la primera la denominaríamos la «REGION CELULAR», es esa región de la vida orgánica, la región tridimensional de Euclides.
La segunda es el «MUNDO MINERAL SUMERGIDO», que no lo pueden negar los científicos porque existen, las minas y el interior de la Tierra lo demuestran (nosotros vivimos físicamente en la costra geológica de la Tierra, en la costra mineral).
La tercera región es el «MUNDO MOLECULAR», y la cuarta el «MUNDO ELECTRÓNICO». Desde un punto de vista cósmico y Gnóstico diríamos que el MUNDO MOLECULAR está constituido por las regiones Astral y Mental.
En cuanto al MUNDO ELECTRÓNICO SOLAR, está formado por los MUNDO DE LAS CAUSAS NATURALES, por el MUNDO DE LA CONCIENCIA UNIVERSAL y por la REGION DEL ESPÍRITU PURO. Así pues, hay 4 regiones, y esto es necesario comprenderlo...
La región de Tlaloc es formidable, extraordinaria, maravillosa; Tlaloc vive en el Mundo Causal; cuanto se habla de Tlaloc, se refiere a ese Mundo de las Causas Naturales en el cual vive.
Preciosas tradiciones registradas en los Códices dicen que «vive rodeado de hermosos niños», y que «cuando un rayo cae, es porque algún cántaro, o simplemente vasija, se ha quebrado, se ha roto». Claro, esto es simbólico; en modo alguno deberíamos tomarlo literalmente...
Se dice también que «Tlaloc tenía su esposa» (se refiere a la «Walkiria», se refiere al ALMA ESPIRITUAL, que es femenina). He dicho en muchas de mis obras, que el INTIMO, es decir, nuestro SER, tiene dos Almas: una es el ALMA ESPIRITUAL, otra es el ALMA HUMANA; el Alma Humana es masculina, el Alma Espiritual es femenina.
Este es el SIGNO de GEMINIS en nuestra naturaleza Espiritual. Así que cuando se habla de Tlaloc y de su esposa, se refiere en forma enfática, en los Códices, a las dos Almas: la masculina y la femenina de Tlaloc. No es culpable Tlaloc de que se hubiesen sacrificado muchas doncellas y niños en su honor: siempre se hacía para implorar las lluvias, mas Tlaloc jamás exigió tales holocaustos...
Un día, en el que me encontraba en estado de «Samadhi», que podría traducirse en el mundo occidental como «éxtasis» (lo había logrado a través de la técnica de la meditación, pasando por el «Darana», que significa concentración, por el «DHYANA» que significa «meditación»), hube de encontrarme en realidad de verdad, frente a frente con Tlaloc. La recriminación que le hice resultó injusta;
«»Tú -le dije- cometiste grandes crímenes, permitiste que se sacrificaran niños, niñas, doncellas y hasta ancianos, y eso es delictuoso»». Tlaloc parecía, en tales momentos un árabe de los tiempos antiguos, respondió: «Nunca exigí tales sacrificios a la Humanidad, nunca exigí que inmolaran a seres vivientes; eso fue cosa de los habitantes del mundo físico, porque yo nunca exigí tales sacrificios humanos; sin embargo, yo volveré en la nueva Era del Acuarius».
Así dijo Tlaloc, y entendí. Ese gran Ser que ahora vive en el mundo de las Causas Naturales, se reencarnará en la futura «Edad de Oro»; en pleno esplendor de Acuarius, tomará cuerpo físico y ayudará a la sexta raza durante su «Edad de Oro». Así mis queridos hermanos, que se trata de un gran Ser que habrá de volver al mundo físico. Hablando en el sentido meramente cristiano, diríamos que se trata de un Angel, y volverá, (así lo dijo).
Mediante el «Samadhi», en el cual eran expertos los antiguos sacerdotes Mayas, como los profetas de Anahuac, o los místicos Toltecas, (artistas de renombre), etc., podían penetrar, mediante la profunda oración y meditación, en esa región maravillosa donde vive Tlaloc; también se afirmaba que aquéllos difuntos que morían ahogados, podían penetrar en el paraíso de Tlaloc; (así se ha dicho).
En el mundo oriental se habla también de «reinos», como «el de Los Cabellos Largos», o «El de la Densa Concentración», o el de «Maitreya», etc.; son regiones que existen más allá del mundo tridimensional de Euclides...
¿Y qué diremos de todos aquellos danzantes que también sabían atraer los beneficios del Dios de la Lluvia? Ya han contemplado ustedes a estos niños, han gozado ustedes con su representación. Esas danzas, como las que han representado estos niños, tenían por objeto, entre otras cosas, atraer las aguas puras para que fertilizaran la tierra y germinaran las simientes de toda especie.
En otros lugares de América se conocieron danzas similares; en Teotihuacán celebraban ciertos cultos, en la «Pirámide de la Luna», con el propósito de atraer las lluvias, y nunca se dejaba de implorar el auxilio de Tlaloc, el «Dios Benéfico de las Lluvias». Es interesante saber que los nativos de Teotihuacán unidos en la«Pirámide de la Luna», y colocados normalmente en la forma en que se encuentran los sapos y ranas, imitaban en forma maravillosa el «croar» de esas criaturas, y lo hacían con el propósito de hacer llover, y llovía. Mas no olvidaban nunca a Tlaloc.
También los Mayas practicaron ritos semejantes, y como quiera que ellos llegaron no solamente hasta Costa Rica y Panamá, sino también hasta las costas del Caribe, en sur América, aún se conservan tradiciones entre los «Arhuacos» de la Sierra Nevada(Colombia), quienes practican todavía los ritos que logran atraer a las lluvias. Esos sistemas, esos métodos, son extraños para la «Edad de Hierro», para esta Negra Edad en la que nos encontramos; ya las gentes se volvieron terriblemente groseras y materialistas, ahora se burlan de todas estas maravillas de la Naturaleza y del Cosmos.
Ya no se ven en las plazas públicas las danzas de los niños, danzas, como las que ahora hemos visto; ya no danzan en Turquía, por ejemplo, los «Derviches» en las plazas públicas; todas las bellezas de una Humanidad inocente y pura se han perdido; las viejas pirámides de Egipto han quedado abandonadas, los «supercivilizados» de Inglaterra y Francia se burlan de los antiguos Monolitos.
Me viene a la memoria en estos momentos, aquella frase que el sacerdote de Sais dijera a Solón: «Solón, Solón, ¡ay hijo mío!, día llegará en que los hombres se reirán de los Sagrados Jeroglíficos, y dirán que nosotros los antiguos adorábamos ídolos»»... En realidad de verdad, con el «Kali-Yuga» se perdió completamente la inocencia, y de la belleza del Espíritu ya no se recuerdan sino las Pirámides, que como cadáveres han quedado en las arenas sombrías del desierto. Ya no resplandecen las Danzas de Eleusis; las Sacerdotisas de aquellos tiempos han desaparecido entre las tinieblas, y ni siquiera llegan a los profanos oídos, los sonidos de sus flautas maravillosas; del encanto de los DRUIDAS tan sólo ha quedado como una figura que se desliza entre los cipreses del tiempo.
Ya no se ven aquellas Sacerdotisas DRUIDESAS, ceñidas con sus coronas de laureles en la vieja Europa; las danzas autóctonas en la Península de Escandinavía han desaparecido, y sólo recuerdos muy lejanos quedan; Y por el Sur de América, ya no se escuchan las flautas de los Templos Incaicos; se han cerrado los «corredores» que comunicaban al Perú con Bolivia, los Templos están desiertos, las Pirámides se han cubierto de hierba, no se ven por aquí o por allá los SACERDOTES DEL FUEGO, los Incas, esos Reyes majestuosos brillan ahora por su ausencia.
Ha huido de la Humanidad la Sabiduría antigua, ha olvidado la Humanidad la RELIGIÓN-SABIDURÍA de las antiguas edades; con gran dolor vemos nosotros ruinas y sólo ruinas. ¿Qué saben las gentes de esta época con respecto a la Sabiduría de los Lemures o de los «HIPERBOREOS»? La ciencia apenas si puede penetrar unos 15 mil años, ó 20 mil a lo sumo, en el mundo de las Leyendas. Pero ¿Qué saben los científicos actuales, los historiadores, sobre esos HOMBRES-CÍCLOPES que levantaron las murallas del antiguo continente «Mu»?.
La Humanidad actual se ha vuelto espantosamente mecánica, y del continente «Mu» no quedan sino las islas de la Australia, de la Oceanía; Ese viejo Archipiélago es tan sólo una reminiscencia del Continente aquél donde vivieron los HOMBRES DIOSES.
¡Amigos: es a nosotros, los Gnósticos, a quienes toca luchar entre las tinieblas de esta Edad Negra; es a nosotros a quienes toca luchar, para restaurar la inocencia perdida sobre la faz de la Tierra! Los tiempos han llegado, estamos ante el dilema del «SER o del NO SER» de la Filosofía, y aunque los «ignorantes ilustrados» se rían de la Antropología Gnóstica, continuaremos nuestras investigaciones
¿Y qué diremos de HUEHUETEOTL?, el «Dios viejo del Fuego», un «ídolo» para los «ignorantes ilustrado», un sarcasmo, un idólatría, un «fetiche» y nada más. Más los gnósticos no pensamos así; HUEHUETEOTL es el Fuego Universal que arde en esta creación; recordemos que el «Cordero de Dios que borra los pecado del mundo» es el FUEGO... Sobre la Cruz del mártir de el Calvario está explicado el sentido del Cristo. Muchos volúmenes inmensos se han escrito para explicar que es el Cristo, mas en verdad con sólo 4 letras está ya explicado, y esas 4 letras están escritas sobre la Cruz del «Gólgota», INRI: (Ignis Natura Renovatur Integram, «el fuego renueva incesantemente la naturaleza»). Cristo es el Fuego que arde en esta creación.
No debemos olvidar que el Cristo está crucificado en
Hermanos: los he invitado a la reflexión, los he invitado al estudio esotérico de estos esplendores crísticos, gnósticos y antropológicos… El Fuego es la vida; en realidad de verdad, existimos por el advenimiento del fuego, dejamos de existir cuando el fuego abandona la forma. «Antes de que la falsa Aurora apareciera sobre la Tierra, aquellos que sobrevivieron al huracán y a la tormenta alabaron al Fuego, y a ellos se les aparecieron los Heraldos de la Aurora»…
El Cordero, con la Cruz sostenida con una de sus patas, nos invita a la reflexión. La Cruz es completamente fálica y yónica; bien sabemos nosotros que el PHALO VERTICAL, al introducirse dentro del YONI FORMAL, hacen Cruz, la Cruz, pues, es el elemento básico para el desarrollo del FUEGO SAGRADO en la Espina Dorsal del Asceta Gnóstico. Querer representar al fuego como un cordero parecería como antitético, incongruente; El Cordero de Dios es el Cristo, es el que se sacrifica por la Humanidad, es Fuego crucificado en la Tierra, el fuego que debe arder en cada uno de nosotros mediante el Esoterismo-Crístico.
Amigos: al entrar nosotros en este análisis superlativo de algunos aspectos de
Querido hermanos que hoy me escuchan: en el México antiguo se rindió culto a los Dioses Elementales de la Naturaleza y del Cosmos. Con las danzas sagradas, con los ritos, con la oración, con la meditación, se invocaba a los DEIDUSOS del fuego, de los aires, de las aguas y de la tierra.
Mas en el fondo de todos los Misterios nunca dejaba de brillar la figura hierática y terrible de nuestro señor Quetzalcoatl, ese Quetzalcoatl que se pierde en la noche de los siglos. En Tula cada Sacerdote se consideraba a sí mismo un Quetzalcoatl; en el fondo lo que sucedía era que los Sacerdotes que se Cristificaban tomaban el nombre de Quetzalcoatl, el DIOS-SOL. Debemos entrar por el camino de la regeneración si es que queremos convertirnos en «SERPIENTES EMPLUMADAS» como el señor Quetzalcoatl.
Cuando uno desintegra el EGO, cuando lo reduce a polvadera cósmica; cuando uno fabrica los Cuerpos Superiores Existenciales del Ser y los convierte en vehículos de oro puro; cuando uno levanta la antorcha del verbo para iluminar el camino de los demás; cueste lo que cueste, se convierte por tal motivo en una «Serpiente Emplumada», en un Quetzalcoatl…
No bastaría solamente despertar el Fuego Sagrado, no bastaría solamente despertar el KUNDALINI-SHAKTI, sino hacerlo subir por el canal medular espinal hasta el cerebro, y pasarlo de allí al corazón; en realidad de verdad uno no podría gozar del poder contenido en los «Chacras», «Discos», Ruedas Magnéticas, si no ha sido devorado previamente por la serpiente. Ahora podemos explicarnos aquellas palabras: «Es necesario ser devorados por la serpiente, es urgente convertirnos en serpientes»…
El conde Saint Germain alguna vez dejó olvidada una nota sobre la mesa de un Palacio que decía: «Hace miles de años estoy establecido en Isis» y es que el Conde Saint Germain era una Serpiente. La sabiduría del antiguo México es evidentemente SERPENTINA, en el México arcaico se rindió culto a la serpiente. Así que mis queridos hermanos gnósticos que hoy están presentes, los invito al despertar de la serpiente, ¡Y más aún!, deseo que cada uno de ustedes se convierta en Serpiente.
Mucho más tarde en el tiempo,
He dicho.