El Hidrógeno Sexual Si‑12.
Es indubitable que el Ens Seminis y su peculiar hidrógeno SI‑12, es semilla y fruto a la vez.
Transmutar este Hidrógeno portentoso para darle inteligencia cristalización en una segunda octava superior, significa de hecho, crear una nueva vida dentro del organismo existente, dar forma evidente al Cuerpo Astral o Sideral de Alquimistas y Cabalistas
Samael Aun Weor / Resumen-Conferencia.
El Hidrógeno Sexual Si‑12
Es urgente saber que en el Universo existen doce hidrógenos básicos fundamentales.
Los doce hidrógenos básicos están escalonados de acuerdo con las doce categorías de materia.
Las doce categorías de materia existen en todo lo creado, recordemos las doce sales del zodiaco, las doce esferas de vibración cósmica dentro de las cuales debe desenvolverse una Humanidad Solar.
De los doce hidrógenos básicos se derivan todos los hidrógenos secundarios cuyas variadas densidades van desde el 6 hasta el 12,283.
El término “hidrógeno” tiene en gnosticismo un significado muy extenso. Cualquier elemento simple es realmente un hidrógeno de cierta densidad.
El hidrógeno 384 se encuentra en el agua, el 192 en el aire, el 96 está depositado sabiamente en el magnetismo animal, emanaciones del cuerpo humano, rayos X, hormonas, vitaminas, etc.
Ya los hermanos del movimiento gnóstico están muy familiarizados con los hidrógenos 48, 24, 12 y 6, debido a que los hemos estudiado en nuestros pasados mensajes de Navidad. El hidrógeno 48 corresponde al cloro, Cl, peso atómico 35.5; el hidrógeno 24 corresponde a la fluorina, Fl, peso atómico 19; el hidrógeno 12 corresponde al hidrógeno de la química, peso atómico 1.
El carbono, el nitrógeno y el oxígeno tienen los pesos atómicos de 12, 14 y 16. El hidrógeno 96 corresponde al bromo, Br, peso atómico 80; el hidrógeno 192 corresponde al yodo, peso atómico 127.
Este interesantísimo tema de los hidrógenos pertenece al ramo de la química oculta o química gnóstica, y como quiera que es demasiado difícil, para bien de nuestros estudiantes preferimos estudiarlo poco a poco, en cada uno de nuestros mensajes de Navidad.
Pasemos ahora a estudiar el famoso hidrógeno sexual SI‑12, el maravilloso hidrógeno creador que sabiamente se elabora en la fábrica del organismo humano.
La comida pasiva del plato pasa dentro del organismo humano por muchas transformaciones, refinamientos y sutilizaciones, que se procesan dentro de la escala musical, DO, RE, MI, FA, SOL, LA, SI.
La comida pasiva del plato comienza con la nota DO, el quimo resultante de la primera etapa de transformación sigue con la nota RE, el alimento muy refinado que pasa osmóticamente a la corriente sanguínea continúa con la nota MI, y así sucesivamente siguen los procesos hasta quedar elaborado lo mejor de todo el organismo, el maravilloso elixir, el licor seminal, con su hidrógeno 12 en la nota SI.
El hidrógeno sexual SI‑12 se encuentra en el Semen, es el poder creador del Tercer Logos.
La primera octava musical, DO‑RE‑MI‑FA‑SOL-LA‑SI, corresponde exactamente a la fabricación del hidrógeno sexual SI‑12 dentro del organismo humano.
Un shock muy especial mediante el Maithuna (Magia Sexual) permite al hidrógeno sexual SI‑12 pasar a una segunda octava musical, DO‑RE‑MI‑FA‑SOL‑LA‑SI, cuyo resultado viene a ser la cristalización del hidrógeno sexual SI‑12 en la forma extraordinaria del Cuerpo Astral.
Esto es lo que se llama transmutar el plomo en oro. Es urgente transmutar la carne y la sangre en el Cuerpo Astral.
Un segundo shock mediante el Maithuna (Magia Sexual) permite al hidrógeno sexual SI‑12 pasar a una tercera octava musical DO‑RE‑MI‑FA‑SOL‑LA‑SI, cuyo resultado viene a ser la cristalización del hidrógeno sexual SI‑12 en la forma extraordinaria del Cuerpo Mental (Cuerpo de Paraíso).
Un tercer shock mediante el Maithuna (Magia Sexual) permite al hidrógeno SI‑12 pasar a una cuarta octava musical DO‑RE‑MI‑FA‑SOL‑LA‑SI, cuyo resultado es la cristalización del hidrógeno sexual SI‑12 en la forma magnífica del Cuerpo de la Voluntad Consciente o Cuerpo Causal.
El hidrógeno sexual SI‑12 es semilla o fruto y lo sorprendente es que cristaliza siempre en organismos de carne y hueso. Recordemos que el cuerpo físico es el resultado del hidrógeno sexual SI‑12.
El Cuerpo Astral viene a ser también el resultado del acto especial Maithuna (unión del Phalo y el Utero sin derramar el semen).
El Cuerpo Astral es un cuerpo de carne y hueso, carne que no viene de Adam, pero carne, producto del hidrógeno sexual SI‑12.
El verdadero Cuerpo Mental es el producto del Maithuna (Magia Sexual) y del hidrógeno sexual SI‑12. Este es el Cuerpo de Paraíso, un cuerpo de perfección, un cuerpo de carne y hueso, pero carne que no viene de Adam.
El Cuerpo de la Voluntad Consciente, también llamado Cuerpo Causal, viene también a ser el resultado del acto sexual Maithuna sin derramar el semen.
El Cuerpo de la Voluntad Consciente o Cuerpo Causal resulta de la cristalización del hidrógeno sexual SI-12.
El auténtico Astral, el verdadero Mental, el legítimo Causal, son los Cuerpos Solares, Los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.
Quien fabrica en la Novena Esfera los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, los Cuerpos Solares, puede y tiene todo el derecho de encarnar su Real Ser, su Espíritu Triuno Inmortal, Atman, Buddhi, Manas o Espíritu Divino, Espíritu de Vida y Espíritu humano (Intimo, Alma‑Espiritual, Alma ‑Humana).
Entonces, al llegar a estas alturas iniciáticas se dice que ha nacido un nuevo Hombre, el Hijo del Hombre, un nuevo Maestro del Día, un Maestro del Mahamvantara.
El cuerpo físico se sostiene con el hidrógeno 48, el excedente de este hidrógeno se convierte en hidrógeno 24, con el cual se alimenta el Cuerpo Astral.
El excedente del hidrógeno 24 se convierte en hidrógeno 12 (no se confunda con el hidrógeno sexual SI-12). El hidrógeno 12 sirve para alimentar el Cuerpo Mental.
El excedente del hidrógeno 12 se convierte en hidrógeno 6, con el cual se alimenta el Cuerpo de la Voluntad Consciente o Cuerpo Causal auténtico.
La creación de los Cuerpos Solares es cuestión del Maithuna, Magia Sexual, sin derramar el semen, y se realiza en la Fragua Encendida de Vulcano, en la Novena Esfera (el sexo). Este es un trabajo más amargo que la hiel; veinte o treinta años de conexión sexual diaria con una sola mujer y sin derramar jamás ni una sola gota de semen, sin permitir que el semen salga del organismo.
El Dos Veces Nacido, quien Nace en los mundos superiores como Maestro del Mahamvantara, quien sale de la Novena Esfera por haber completado su trabajo, nunca jamás puede regresar a la Novena Esfera, porque esto sería un crimen, sería similar al hijo que, después de haber nacido, quisiera meterse nuevamente entre la matriz de su madre.
El Dos Veces Nacido es hijo de la Madre Kundalini y si quiere progresar debe amar a su Madre Divina, jamás debe olvidarse de su Madre.
El Dos Veces Nacido queda prohibido del acto sexual para toda la eternidad y debe llegar a la castidad absoluta en todos los territorios de la mente.
Samael Aun Weor.
“El Collar del Budha”.
LOS MUTANTES
Desde que Louis Pauwels y Jacques Bergier hablaran didáctica y científicamente sobre los Mutantes, resulta ostensible comprender que se produjo en el mundo intelectual una verdadera inquietud ideológica.
Es incuestionable que eso de los Mutantes es algo insólito, inusitado; empero, es urgente elucidar, esclarecer, iluminar en forma meticulosa esta materia de estudio.
Ahondando pues en este asunto de tan vital importancia, podemos descubrir claramente dos clases de Mutaciones: A las primeras les daremos el calificativo de favorables; a las segundas las reputaremos como desfavorables.
Mutación es mudanza, cambio, alteración, variación. El fundamento, base, apoyo y cimiento del Mutante es el sexo.
Los dos autores citados, creen ver en los niños prodigio, casos reales de auténticos Mutantes.
El Dr. J. Ford Thomson, después de haber examinado a cinco mil niños en Inglaterra, encontró “un acceso de fiebre de la inteligencia” .
“De los últimos noventa niños de siete a nueve años de edad interrogados por este psiquiatra, veintiséis tenían un cociente intelectual de ciento cuarenta, lo que equivale al genio, o poco menos”.
Dice el Dr. Thomson que: “el estroncio noventa, producto radioactivo que penetra en el cuerpo, puede ser responsable de ello. Este producto no existía antes de la primera explosión atómica” .
“Dos sabios norteamericanos, C. Brooke y Robert K. Enrdes, en su famosa obra titulada The Nature Of Living Things creen poder demostrar que la agrupación de los genes sufre actualmente una perturbación y que, por el efecto de influencias todavía misteriosas, está apareciendo una nueva raza de hombres, dotada de poderes intelectuales superiores”.
Esta es una tesis bastante atrevida y que hay que acogerla con ciertas reservas.
A todas luces resalta con entera claridad meridiana, que el átomo de la herencia ha sido localizado en los cromosomas.
Resulta enteramente manifiesto que la herencia biológica puede ser transformada radicalmente para originar un Mutante.
En eso de la transmutación sexual y el Sahaja Maithuna, tal como lo enseñamos en el capítulo 26 del presente Mensaje de Navidad 1969‑1970, es incuestionable que existe sacrificio espantoso y auténtica rebeldía psicológica; mejor dijéramos: Insurrección declarada contra la herencia biológica.
El resultado patente y manifiesto de este tipo muy especial de rebeldía psico‑sexual es el Mutante. Nosotros los gnósticos necesitamos estudiar profundamente las leyes cardinales y definitivas de la Mutación científica.
Cualquier Mutante legítimo de tipo favorable, es el resultado específico de distintas cristalizaciones del Hidrógeno Sexual SI‑12.
Es incuestionable, que el citado hidrógeno representa el producto final de la transformación de los alimentos dentro del maravilloso laboratorio del organismo humano.
Resulta ostensible que esta es la materia primordial con que trabaja el Sexo.
Esta es la substancia prima de la Gran Obra y que el sexo fabrica muy sabiamente.
Es indubitable que el Ens Seminis y su peculiar hidrógeno SI‑12, es semilla y fruto a la vez.
Transmutar este Hidrógeno portentoso para darle inteligente cristalización en una segunda octava superior, significa de hecho, crear una nueva vida dentro del organismo existente, dar forma evidente al “Cuerpo Astral o Sideral” de los Alquimistas y Cabalistas.
El maestro G. decía: “Deben ustedes entender que el Cuerpo Astral nace del mismo material, de la misma substancia, de la misma materia de que nace el cuerpo físico; lo único que difiere es el procedimiento”.
Todo el cuerpo físico, todas sus células quedan por así decirlo, impregnadas por las emanaciones de la materia que es SI‑12. Y cuando éstas se han saturado lo suficiente, la materia SI‑12 comienza a cristalizar.
Luego añade el citado maestro: “La cristalización de esta materia constituye la formación del Cuerpo Astral”.
“La transición de la materia SI‑12 a una condición de emanaciones y la gradual saturación de todo el organismo con estas emanaciones es lo que la Alquimia llama la Transmutación o la transformación”.
Y continúa el maestro G diciendo: “Justamente esta transformación del cuerpo físico en Astral es lo que la Alquimia llamaba la transformación de los «metales groseros» en «metales finos», o sea la obtención de oro de los metales ordinarios”.
(La clave científica de la Transmutación Sexual es el Sahaja Maithuna enseñado en el capítulo 26 de este libro).
El homúnculo equivocadamente llamado Hombre no nace con Cuerpo Astral, es obvio que este precioso vehículo no es un implemento indispensable para la existencia en este mundo físico, el organismo humano posee un asiento vital que le permite vivir.
El Cuerpo Astral es un lujo que muy pocos se pueden dar. Un animal intelectual sin tal vehículo sideral, puede producir la impresión de ser muy inteligente y hasta espiritual y es fácil que así puede auto‑engañarse y engañar a otros.
Sin embargo hay algo que se le olvidó al maestro G., quiero referirme en forma enfática al Demonio Apopi de los misterios egipcios; éste es en sí mismo el cuerpo de deseos.
Es obvio que los clarividentes pseudo‑esoteristas y pseudo‑ocultistas confunden a tal demonio con el precioso Cuerpo Astral.
El horrible Demonio Apopi, asiento de toda bestialidad pasional, se encuentra en íntima relación con el sistema nervioso gran simpático.
Ahondemos un poco más en este tema tan importante; vamos a lo profundo: a la mente.
Permítaseme la libertad de disentir con el famoso Dr. J. Ford Thomson. ¡Francamente no creo que los famosos niños prodigio descubiertos por el citado psiquiatra sean Mutantes!
Recordemos que el Ego es memoria y que retorna a nuevas matrices humanas; es incuestionable que se reincorpora después de cada muerte.
Dice el dicho vulgar: “El Diablo no sabe tanto por ser Diablo, cuanto por ser viejo”.
A estas horas de la vida ya los Egos están viejos; han retornado a este mundo muchas veces; han repetido demasiado lo que saben, lo que aprendieron y el resultado son los así llamados “niños prodigio”; gente que se sabe su oficio a la maravilla, eso es todo.
El homúnculo miserable falsamente llamado hombre, todavía no posee la auténtica Mente Solar, sólo tiene entendimiento de bestia intelectual; el animal racional aun cuando sea un niño prodigio no es un Mutante.
Sería el colmo del absurdo concebir un Mutante con mente de tipo lunar, animal, bestial. (Esto sólo es posible en los Mutantes calificados como desfavorables).
Desgraciadamente en esto también se equivocaron lamentablemente los grandes clarividentes del pseudo‑esoterismo y del pseudo‑ocultismo reaccionario, confundiendo al Demonio Hai, horror de Osiris, con el legítimo vehículo Mental Solar.
Es incuestionable que el citado demonio intelectual es el cuerpo mental lunar, animal, que actualmente ocupa dentro del organismo humano el lugar que debería ocupar la auténtica Mente Cristo del Mutante favorable.
El animal intelectual no nace con el Cuerpo Mental de tipo Solar, debe fabricarlo si es que quiere convertirse en un Mutante favorable.
Es ostensible que el Alquimista puede y debe transmutar el Hidrógeno Sexual SI-12 pasándolo mediante el Sahaja Maithuna a una tercera octava musical cuyo resultado sería la cristalización del citado elemento en la espléndida y sorprendente forma del vehículo suprasensible Mental Solar.
Esta es la Mente‑Cristo del Arhat Gnóstico, resultado extraordinario de la mutación sexual.
Este tipo específico de Mente difiere tanto del intelecto animal como el agua del aceite.
Otro tema muy discutible y que de ninguna manera nos conviene olvidar en este capítulo, es el del Cuerpo Causal o Cuerpo de la Voluntad Consciente.
Resulta claro, patente y manifiesto, que en esto también se equivocaron lamentablemente los clarividentes de algunos sistemas pseudo‑esotéricos y pseudo‑ocultistas, al confundir a la Esencia con el Cuerpo Causal.
La Esencia en sí misma es tan sólo una fracción del alma humana encarnada en nosotros; enfrascada en el Ego, embutida en los cuerpos lunares.
Es incuestionable que ese homúnculo, equivocadamente llamado Hombre, está sometido a la Ley de Recurrencia, no es capaz de originar nada nuevo, es víctima de las circunstancias.
Cada vez que el Ego retorna a este valle del Samsara repite exactamente todos los actos de sus vidas anteriores, ya en espiras más elevadas, ya en espiras más bajas.
Por estos tiempos de pseudo‑ocultismo barato, mucho es lo que se habla sobre la Ley de Epigénesis, la capacidad para originar nuevas circunstancias; es obvio que sólo los Hombres auténticos con Voluntad Consciente pueden modificar su destino y originar un nuevo orden de cosas.
El animal intelectual no ha fabricado el Cuerpo de la Voluntad Consciente, el Vehículo Causal; el pobre homúnculo racional es siempre víctima de las leyes eternas de Retorno y Recurrencia.
El puesto que dentro de nosotros debería estar ocupando el Cuerpo Causal está desafortunadamente ocupado por el Demonio Nebt de los misterios egipcios.
Es ostensible que tal Demonio es la personificación viviente de la mala voluntad.
Necesitamos crear el Cuerpo Causal si es que sinceramente queremos encarnar al Ser.
Sólo el Ser puede hacer. Sólo El puede modificar circunstancias y ejercer con maestría la Ley de Epigénesis.
Quien de verdad quiera fabricar el Cuerpo Causal, debe transmutar el Hidrógeno Sexual SI‑12 y pasarlo mediante el Sahaja Maithuna, a una cuarta octava musical para cristalizarlo en la excelente forma del vehículo de la Voluntad Consciente.
El auténtico Mutante posee de hecho y por derecho propio los cuatro cuerpos: Físico, Astral, Mental y Causal.
Es condición vital para el Nacimiento Segundo poseer los cuatro cuerpos de la Alquimia.
Quien encarna al Ser llega al Nacimiento Segundo, se convierte en un Dos Veces Nacido; en un legítimo Mutante.
Es incuestionable pues, que el tipo del Mutante favorable, es el resultado de las cristalizaciones positivas del Hidrógeno Sexual Sl‑12.
Empero, no debemos olvidar que existen también Mutantes desfavorables, cristalizaciones negativas del Hidrógeno Sexual SI‑12.
Quiero referirme en forma enfática a los tántricos negros, a aquellos Alquimistas que derraman el Vaso de Hermes; que eyaculan durante el Maithuna el Ens Seminis.
Esos Alquimistas desarrollan el abominable Organo Kundartiguador y fortifican dentro de sí mismos a los tres traidores de Hiram Abif y a los Demonios de Seth.
Esos tres traidores: Judas, Pilatos y Caifás, son los mismos tres Demonios de los misterios egipcios citados en este capítulo: el Demonio del Deseo, el Demonio de la Mente y el Demonio de la Mala Voluntad.
El Mutante desfavorable se encuentra ante el dilema de desintegrar su falsa cristalización o ingresar en la involución sumergida, en el ciclo de la terrible necesidad.
El Mutante desfavorable no puede encarnar al Ser dentro de sí mismo; es de hecho un fracaso cósmico.
El Mutante desfavorable es ciertamente un homúnculo perverso, nunca un Hombre Verdadero.
Es ostensible que para ser Hombre auténtico se requiere antes haber fabricado los Cuerpos Solares, y haber encarnado al Ser.
Es pues el Hombre, el legítimo Mutante; el Adepto verdadero, tan diferente al animal intelectual como el día a la noche.
La radioactividad puede originar la modificación de los genes de ciertos individuos pero jamás podría crear un Mutante favorable o desfavorable.
La proteína del gene, ligeramente afectada, dejaría de producir –como dice Louis Pauwels–, ciertos ácidos que son causa de la angustia. Entonces veríamos aparecer gente que no teme nada, cínica, perversa, que goza matando, pero ésos no son Mutantes como suponen muchos autores.
Me parece absurdo que los efectos de la radioactividad respondan, como supone Pauwels, a una voluntad dirigida hacia lo alto.
No me parece correcto aquel concepto de que la “mutación genética” producida por la radioactividad atómica de estos tiempos signifique una asunción espiritual de la humanidad.
Es obvio que la intensiva radioactividad puede alterar el orden de los genes y originar embriologías defectuosas pero tales especímenes monstruosos no son Mutantes.
No negamos que exista mutación, cambio, variación en una embriología monstruosa, pero el auténtico Mutante que estamos estudiando en este capítulo es radicalmente diferente.
Me parece absurda la idea de que por el sólo hecho de alterarse fundamentalmente la proteína del gene nazca el Mutante.
Esta idea del Mutante es fascinante asombrosa, formidable. Del lado de los luciferinos sale Hitler gritando: “Voy a revelaros el secreto: la Mutación de la raza humana ha empezado ya existen seres sobrehumanos”.
“Del lado del hinduismo renovado –dice Pauwels– el Maestro del Ashram de Pondichery, uno de los más grandes pensadores de la nueva India, Sir Aurobindo Ghose fundó su filosofía y sus comentarios de los textos sagrados sobre la certeza de una evolución ascendente de la humanidad, realizándose por mutaciones”.
Nosotros los gnósticos enfatizamos la idea de que no es posible el nacimiento del Mutante mediante explosiones atómicas y radioactividad.
Nosotros no comulgamos con hostias de pergamino: a nosotros no se nos puede engañar. Jamás aceptaremos el Dogma de la Evolución.
El Mutante es el resultado de la Revolución de la Conciencia; el producto viviente de la rebeldía psicológica.
Me parece utópico aquel concepto extravagante del Dr. Louis Wolf especialista inglés de enfermedades infantiles de Londres cuando afirma que nacen en dicho país treinta mil Mutantes “fenil‑cetónico” por año.
Dice Pauwels que estos Mutantes poseen genes que “dizque” no producen en la sangre determinados fermentos que actúan en la sangre normal.
Continúa el citado autor diciéndonos que un Mutante “fenil‑cetónico” es incapaz de disociar la “femil‑alamina”.
Prosigue Pauwels explicando que esta incapacidad hace al niño vulnerable a la epilepsia y al eczema, provoca –según el citado autor– una coloración gris cenicienta del cabello y hace al adulto propenso a las enfermedades mentales.
Cree el mencionado autor que esta raza fenil‑cetónica al margen de la humanidad normal, es el resultado de mutaciones desfavorables producidas por la radioactividad.
No quiere darse cuenta Pauwels que esa raza fenil‑cetónica es gente enferma y no Mutantes aun cuando éstos sean del tipo desfavorable.
No quiere comprender Pauwels que esos especímenes humanos enfermos, son ciertamente el resultado de las explosiones atómicas.
Es lamentable que se haga una mística de esas locuras científicas cual son los experimentos atómicos, la Bomba H, etc.
Pauwels cree en la posibilidad de mutaciones favorables mediante la radioactividad de esta época fatal en que vivimos: supone que este tipo positivo de Mutantes podría “dizque” tener en su sangre productos susceptibles de mejorar su equilibrio físico y de aumentar su coeficiente de inteligencia muy por encima del nuestro.
Piensa Pauwels que esta clase de Mutantes podrían llevar en sus venas, sedantes naturales que los pusieran al abrigo de los choques psíquicos de la vida y de los complejos de la angustia, etc., etc., etc.
Es lástima que ese inteligente autor haya hecho de las explosiones atómicas y sus radiaciones una religión.
Samael Aun Weor.
“Mi Regreso al Tíbet”